La Ley Patriota de EE. UU. es una ley antiterrorista aprobada por la administración Bush después de los ataques del 11 de septiembre de 2001.
Su objetivo es fortalecer los poderes de agencias de inteligencia y agencias federales, como el FBI, para evitar que se produzcan más ataques.

La Ley Patriota EE.UU. establece que los organismos autorizados pueden acceder a todos los datos informáticos alojados en suelo estadounidense o en manos de una empresa estadounidense, independientemente de su ubicación en el planeta.

La Ley Patriota autoriza, en particular, la interceptación de cualquier dispositivo de comunicación utilizado por cualquier persona en contacto, directa o indirectamente, con un sospechoso de terrorismo.

La ley confirma la autorización dada al FBI para instalar el software de vigilancia a los ISP a fin de espiar en el flujo de mensajes electrónicos y para mantener los rastros de la navegación por Internet de cualquier persona sospechosa de contacto con una potencia extranjera.

Para ello, sólo la aprobación de un tribunal especial, cuyas actividades son confidenciales, es necesario. Empresas El texto de la ley también amplía la lista de la información que los investigadores puedan requerir de los ISP sin la aprobación por parte de un juez.

En noviembre de 2003, se implementaron nuevos procedimientos que incitaron al FBI a aplicar la Patriot Act de manera más efectiva.

En particular, le otorgan el poder de recopilar información sobre los usuarios de Internet al margen de cualquier investigación oficial y, por lo tanto, de participar en la vigilancia a priori de Internet.